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LA BANDERA NACIONAL NUNCA DEBE INCLINARSE ANTE NADIE NI ANTE NADA.


Todo contexto cívico es único y está lleno de simbolismos y expresiones tradicionales y nuevas. Entre ellas se destaca desde hace unos años que el Pabellón (es decir la Bandera Nacional) es inclinada hacia adelante en “dudosa” posición ceremonial contra toda tradicional protocolar y consuetudinaria.


Más allá de la dudosa posición del abanderado que vemos en la ilustración, quien la sostiene con ambas manos, inclina la cuja rígida que en si misma da indicios de recta rigidez, más un tamaño desproporcionado de paño para el asta utilizada, con una dudosa driza y sujeción, quisiera dejar a todas luces asentado que la Bandera Nacional de Ceremonias no se inclina jamás ante nadie ni ante nada.


Si deben inclinarse ante ella en señal de respeto los ciudadanos que no pudiendo expresar otra forma de saludo lo hacen así, inclinando su cabeza ante el gran Símbolo de la Patria, o bien otras Banderas de menor precedencia y jerarquía, como por ejemplo la Bandera de un Estado Provincial, quien ante su paso delante del Pabellón se inclina hacia adelante en señal de inferioridad, respecto y sumisión. Pero ella inclinarse nunca por ninguna razón o circunstancia. Nada la doblega, nada la somete. Por Dios que quede claro, ese es el principio rector en el que baso mi humilde aporte.


Comparto con Ustedes esta reflexión ante tanta falta de respeto y decoro, muchas o todas las veces por ignorarse el principio fundamental de la majestuosidad de la Nación, representada en su Bandera. Basta a esta inclinación incorrecta, innecesaria e irrespetuosa que se ha generalizado y extendido, lamentablemente, en ceremoniales escolares en particular e institucionales diversos en general.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

@ProfesorGavaldá


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