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ANTE EL RIESGO DE UN PROTOCOLO BIRRIO ENJUGADO DE CIVISMO


El destrato infundado, generalizado y profundo a la Bandera Nacional:

Ante reiterados comentarios y consultas sobre el protocolo que se utiliza con los Símbolos Patrios en general y al Pabellón en particular, y ante el vacío legal que existe en Argentina sobre la forma y manera correcta de tratar a los emblemas nacionales, y a la luz de una arbitraria y tendenciosa actitud de los "responsables" de los actos y ceremonias en diversos ámbitos educativos y públicos, tomo mi imaginaria pluma para escribir mi parecer sobre esta triste y penosa realidad, con la esperanza de dar luz ante tanta ominosa oscuridad.


Puntualizo:


1) es cierto que no existe nada reglado respecto al tratamiento de la Bandera Nacional tanto en el ámbito secundario, terciario y universitario; al menos a nivel nacional. Si bien existen lineamientos esbozados en algunas Provincias, lejos están de la uniformidad federal que el tema merece y necesita. Esta realidad no puede ni debe alentarnos a hacer lo que nos parece ocasionalmente, por mejor intensión que se tenga. La tradición es base y sustento del protocolo y del ceremonial de un país. Si lo desconozco pregunto, pero no juego con lo que es de todos y si no tengo tiempo al menos apelo al criterio, al sentido común y al respeto ante todo. No se puede ni se debe parcializar una realidad suprema y colectiva. Como me dijera un profesor que tuve hace un tiempo: “lo malo no justifica lo pésimo”.


2) el nivel primario de educación naufraga en la tempestad de las diversas modificaciones sin derogaciones que se impusieron a los pocos protocolos existentes, pero sobre todo naufraga en las tendenciosas y subjetivas interpretaciones de quienes deben aplicarlas. A tal punto que reiteradas volvemos la mirada para buscar luz en la Resolución 1635 del Ministerio de Educación de la Nación de 1978. Increíble pero cierto.


3) ante una autoridad ocupada en otros menesteres, la formación cívica de las nuevas generaciones es poca o directamente nula. Es evidente que no podemos seguir así. La ignorancia se agranda y la desidia se intensifica.

Ante esta situación dejamos en claro lo siguiente:


a. la Bandera de izar no puede ni debe llevar en su mástil ninguna otra enseña que no sea o bien la Provincial o bien la Municipal de la región en donde se enarbole. Sumamos a este principio las banderolas del ceremonial castrense.


b. si una bandera menor (provincial o municipal) es izada en el mismo mástil donde el Pabellón lo hará a una distancia mínima de 15 cm de su driza, de modo que a todas luces se note su inferior precedencia.


c. el Pabellón expresa toda la gloria y majestuosidad de la Nación Argentina, pretérita y actualmente. En ella se encierran todas las instancias del pueblo que cobija y unifica, por ende no debe acompañarla ninguna expresión partidaria, confesional ni ideológica cualquiera fuere: verde, celeste, violeta, multicolor como el arcoíris, etc. Colocar la Bandera de otro país por debajo de la Argentina no es ningún "homenaje" sino por el contrario es una clara expresión de superioridad de quien está sobre quien; quien precede a quien. Expresión inaudita e improcedente desde el punto de vista diplomático y hasta cultural.


d. si se desea expresar un reconocimiento a una otra nación, etnia, grupo o iguales se deben utilizar otros elementos del ceremonial convocante, por ejemplo: bailar su música folclórica, compartir sus alimentos autóctonos, etc. Es fácil apelar a colocar el símbolo, se requiere mayor capacidad y esfuerzo creativo y original para no caer en la torpeza de lo evidente y encima torpemente en desmedro y mancillamiento de lo nuestro.


e. otras Banderas, en su expresión de ceremonia, podrían estar presente en un acto o ceremonia del calendario escolar argentino si el acto guarda estrecha y pura relación con esa enseña, por ejemplo que la Escuela de Panamá celebrara en su calendario interno la fecha de independencia de esa país; pero no estará presente su Bandera un 9 de Julio ni un 25 de Mayo. Este principio también es válido para las Banderas de la Santa Sede (blanca y amarillo) y la de Israel, dado que no expresan una religión sino que hacen presente un Estado Soberano en el nuestro.


Como corolario pido, imploro, que hasta tanto no se conozca el ABC de los registros vexilológicos, se universalice el protocolo de Símbolos en todo el país y se establezcan las bases cívicas elementales dejemos de sumar más símbolos innecesarios (Bandera de la Libertad Civil, Bandera de los Andes, Bandera de los Pueblos originarios, más Banderas municipales, etc.) el motivo es evidente y queda demostrado en el destrato a la Enseña del general Manuel Belgrano.


Si aún no sabemos con precisión quirúrgica cómo tratar al Pabellón ¿Qué haremos ante más Banderas?. Si continuamos así habrá más emblemática en los escenarios que gente participando del acto y encima todos sin saber qué son y para qué están.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

@ProfesorGavaldá



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