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ENTRE UN REGISTRO VEXILOLÓGICO INCOHERENTE Y LA REDUNDANCIA DE LO EVIDENTE



En el mundo emblemático simbólico, las banderas han adquirido -desde hace más de medio siglo- un lugar preponderante en el arte de mostrar y demostrar dónde estoy y quién soy. Nada malo en ello, pero… hay otros elementos que también lo hacen y hay que tenerlos presente.


El tema que analizamos, desde el punto de vista protocolar y no otro, insisto: no otro, nos pone en la necesidad de interpelarnos y pensar ¿Qué es lo que hacemos? y si es correcto reiterar un mismo símbolo en un registro vexilológico. La respuesta rotundamente es ¡NO!.


Analicemos en primer lugar la tradición ceremonial de banderas que las ordena por precedencia de idioma vernáculo, considerando la nacional primero y luego las provinciales, municipales y por último institucionales o corporativas. Hasta aquí el ABC del tema.


Las banderas históricas tienen un lugar sentimentalmente especial dado que encierran un aspecto particular y significativo de la historia nacional, es el caso de la Bandera de la Libertad Civil, que desde 2015 fue elevada oficialmente al rango de Bandera Nacional Histórica. La Ley Nacional 27.134 expresa en su Art. 4°que “La Bandera Nacional de la Libertad Civil puede emplearse en cualquier circunstancia, a condición de que se exhiba siempre en forma conjunta con la Bandera Oficial de la Nación” el legislador estableció ¡menos mal! que puede y no que debe, de modo que en el caso de la Provincia de Jujuy donde la misma Bandera es su enseña provincial repetir su emplazamiento, como se aprecia en la fotografía que ilustra, es un despropósito y una innecesaria deformación de la interpretación del protocolo.


Esta misma Ley dice en su Art. 5° “La Bandera Oficial de la Nación tiene precedencia protocolar sobre la Bandera Nacional de la Libertad Civil que, a su vez, prima sobre las de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” un lamentable articulado que expresa lo evidente en su primera parte para determinar seguidamente un desbarajuste que lleva a la confusión de marras.


La Provincia de Mendoza, tiene una Bandera histórica que es también su Bandera Provincial y si alguien lograra elevarla formalmente a Bandera Nacional Histórica ¿Qué sucedería?. Con tal de quedar en la “historia menor” ciertas personas llevan a tratamiento parlamentario insólitas propuestas y en nada nos oponemos al homenaje debido al General don Manuel Belgrano, por el contrario.


Los actos se están volviendo dispositivos imposibles de cumplir airosamente. En lo referentes a banderas, muchas veces, hay más símbolos y personas en el presídium que en el auditorio. Antes de legislar hay que pensar qué conllevan los nuevos protocolos a implementarse y cómo articularlos con el protocolo consuetudinario ya existente.


Por último agrego otra inquietud: ¿Desde cuándo las Casas de Provincias” gozan de extraterritorialidad cual Convención de Viena? La Ciudad de Buenos Aires ya no es la Capital Federal dependiente del Ejecutivo Nacional como antiguamente la conocíamos hasta 1994. Surgen nuevos protocolos oficiales a considerar y analizar, no caben dudas.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

Miembro Fundador de la Asociación Argentina de Protocolo


@ProfesorGavalda

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