EL SALUDO CON LA RODILLA DERECHA EN TIERRA ES RESERVADO SOLO PARA DIOS.
Saludar con genuflexión simple, es decir con una sola rodilla en tierra, forma parte del protocolo eclesiástico y monárquico.
En los países en donde los jefes de estado son regias personas, inclusive el Papa, se los saluda de una manera especial. Si bien en un principio todos los súbditos los hacían, hoy el gesto queda reservado a las mujeres, quienes en recuerdo y abreviación de aquella pompa y protocolo, doblan la rodilla ante su Señor. Pero… no cualquier rodilla sino la izquierda.
El saludo con la rodilla derecha se reserva para quien es más importante aún que los propios reyes o que el representante de Cristo en la tierra. El saludo con la derecha se reserva para Dios. Al Dios que está presente en los sagrarios.
En consecuencia, el saludo para quien posee aún más autoridad que los hombres, para Dios, se ejecuta con la rodilla en el suelo. La rodilla derecha, nunca la izquierda.
Esta forma de saludo resultará familiar toda vez que es practicada con regularidad, no solo por el clero, sino por todas las personas con la necesaria educación que, al pasar ante un sagrario, plantan la rodilla derecha en tierra en señal de acatamiento a la máxima autoridad, que es Dios. Y si estuviera expuesto públicamente en circunstancial o permanente exposición eucarística, ambas rodillas deben doblarse y tocar tierra.
En conclusión quiero hoy remarcar que a Dios se le tributa saludo apoyando la rodilla derecha en tierra. A los representantes absolutos de ciertas naciones, solamente sus súbditas les saludarán con la rodilla izquierda. Y no es lo mismo una u otra.
Y para quienes se pregunten cómo saludan los hombres, será mediante la inclinación de cabeza. Y si de querer respetar las formas luego del saludo final no podrá girar en su mismo eje y apartarse, sino que deberá al menos realizar uno o dos pasos hacia atrás caminado de espaldas, para al fin retirarse.
“Reddite ergo, quae sunt Caesaris, Caesari et, quae sunt Dei, Deo” es decir: Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. También en ceremonial y protocolo.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Presidente del Instituto CAECBA
www.caecba.com
@ProfesorGavalda
