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LA FECHA INMUTABLE DE LA NAVIDAD FUE INSTITUIDA POR EL PAPA LIBERIO.


Navidad es un tiempo especial que requiere un análisis de sus principales símbolos y tradiciones. Próximos a celebrar y festejar el nacimiento de nuestro Salvador, de Jesús el cristo (ungido) de Dios Padre, los invito a pensar ¿Qué celebramos cada 25 de diciembre y por qué esa fecha es fija y no así la Pascua?.


La fiesta cristiana de la Navidad no es la principal del calendario litúrgico, sí leyó bien, no es la principal dado que la primordial es la Pascua, la Resurrección del Señor. Parece al revés, quizás se perciba así inconscientemente por el aporte de consumo y el incentivo mercantilista de estas fechas, que entre otras muchas cuestiones le dieron el impulso de posicionamiento por sobre la Pascua. De una forma o de otra si bien la Pascua es el corazón del calendario litúrgico de la Iglesia, no hubiese sido posible sin el anonadamiento del Salvador en el portal de Belén.


Pero entonces ¿Por qué la Pascua es móvil en el calendario y la Navidad no? Pues porque la primera se mueve de acuerdo al calendario lunisolar hebreo. Este calendario se basa en un complejo algoritmo, que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas estaciones del año, basándose en cálculos matemáticos y astronómicos; al moverse cada año la fiesta judía de la pascua se mueve al unísono la Pascua cristiana. La segunda fiesta, de la Navidad del Señor, fue impuesta por el papa Liberio (36to Pontífice de Roma) allá por el siglo IV para sustituir los vestigios paganos y la diversas fiestas desenfrenadas que tenían y perduraban aún del Imperio: bacanales, saturnales y una fiesta grande en honor del sol (mitra), El culto al sol estaba en gran auge por el mitracismo y fue de gran ofensiva contra el cristianismo precisamente, en el siglo IV. De esta forma fue un gran honor para los emperadores romanos del siglo tercero, entre ellos Aureliano, por ejemplo, erigir templos y esculturas en Roma en honor del sol.


Sol Invictus ("sol invicto") o en forma completa, Deus Sol Invictus (latín "el invencible Dios Sol") fue un título religioso aplicado al menos a tres divinidades distintas durante el Imperio romano; Gabal, Mitra, y Sol. La fiesta del sol por excelencia fue el solsticio de invierno en cuanto representaba la anual victoria del astro sobre las tinieblas y hacia el 25 de diciembre, el último día en que el calendario civil señalaba la celebración de Natalis Invicti.


Jesucristo nació de la María Virgen, nadie duda de ello. La primigenia Iglesia nos ayudó a ubicarlo en el calendario y a darle una fecha que con cuestionamientos y cálculos de diversos tipos: históricos, astronómicos, climáticos, etc. hablan de un desfase en los años, es tenida en cuenta en todo el mundo mayormente católico como la fecha única para señalar el nacimiento del Hijo de Dios.


Inspirada por las escrituras y por las circunstancias ambientales, la simbología de la luz y del sol como referencia a Cristo fue muy desarrollada y consagrada por los cristianos. San Jerónimo, queriendo explicar que el nacimiento de Cristo debe ser celebrado el 25 de diciembre dice: “Hasta aquel día (25 de diciembre) crecen las tinieblas y desde aquel día disminuye el error y viene la verdad. Hoy nace nuestro Sol de Justicia. Y tiene razón en este día el nacimiento de Cristo vulgarmente dicho el nuevo sol...Con gusto aceptamos este modo de hablar porque con el nacimiento del Salvador resplandece no solo la salvación del género humano, sino también la luz del sol”.


Los cristianos comenzamos a celebrar ese mismo día, 25 de diciembre, la fiesta de la Navidad, porque Jesús es como el Sol de Dios, “la luz que ilumina a todo hombre” (Juan 1,9).


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

www.caecba.com

@ProfesorGavalda


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