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EL CHOQUE DE COPAS EN EL BRINDIS


Ante consultas reiteradas sobre el "choque" de copas en los brindis aclaro que el mismo es propicio hacerlo cuando el grupo de personas es reducido y próximo, es decir, con cierto grado de confianza.


Acercarse a buscar un encuentro de copas es un gesto de fraternización, muy grato por cierto. Cuando producimos el encuentro entre las copas, denota que estamos frente a un brindis personalizado y cercano como el que realizamos en un cumpleaños en casa o en las reuniones de Navidad o Año Nuevo.


Obviamente el límite para así hacerlo es manejar prudencialmente lo que es coherente y proxémicamente aceptado, es decir, sin grandes ademanes ni proyecciones de distancia prolongadas o complicadas.


La otra opción, formalmente válida y que pregona la ortodoxia protocolar, se reduce a mirarse a los ojos, y beber de la copa en ocasiones multitudinarias, tales como comidas formales o eventos de concurrencia numerosa, en donde sería hasta ilógico encontrarse con todos; podríamos llamar a este brindis como general o masivo.


En ambas instancias vale lo siguiente: 1º) se toma en común una misma bebida, la que debe ser nueva (descorchada en el lugar delante de todos, preferentemente por el anfitrión), no corresponde traer copas previamente servidas; 2º) las palabras propiciatorias del brindis compete pronunciarlas única y exclusivamente al anfitrión de una casa, quien las puede delegar en el invitado de honor si previamente así lo ha convenido; 3º) si Usted no bebe alcohol moje los labios pero no rechace nunca la bebida espirituosa que se le convida, que comparta la misma bebida no lo obliga a tomar todo el líquido; 4º) nunca se brinda con agua, ¡¡¡por Dios!!!;


Sigamos, 5º) los brindis sociales se hacen sentados, no hay necesidad de pararse, quien está de pie solo es el anfitrión que lo introduce. Pensemos: si nos ponemos de pie es para estar alertas o atentos a encontrar las copas con otros, sería el paso previo al brindis que mencioné precedentemente como familiar o social o cercano; 6º) cuando el anfitrión pronuncia la palabras alusivas o introductorias los demás sostienen sus copas elevadas levemente de la mesa como muestra de adhesión a las palabras del dueño de casa o anfitrión del evento; 7º) por pautas culturales los brindis pueden ser augurales (al inicio de una reunión o comida) o finales como cierre de un ágape después del postre y antes de café. O ambos o varios en una misma ocasión; 8º) un buen anfitrión puede hacer que uno o varios de sus invitados digan alguna palabra introductoria previa al acto de brindar, si nos sucede expresemos intensiones generales y no personales dado que el evento y ocasión es de todos. No es oportuno brindar a título individual, más, estamos invitados a dejar de lado lo nuestro para compartir el mundo de y con los demás.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

www.caecba.com

@ProfesorGavalda

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