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LA MESA Y EL LUGAR QUE DEBEN OCUPAR LOS COMENSALES.



Una ocasión que pone a prueba el manejo de las reglas de cortesía, a todos los participantes de una comida por igual, es la conducta observada en la mesa.


La colocación del blanco, de la cubertería, de la vajilla y de la cristalería responde a una disposición lógica de uso es decir a una función, tema que en próxima ocasión desarrollaré con mayor detalle. Mi Madre, la II condesa de Ituarte, definió el tema de la siguiente manera: “Esta (la mesa) proyecta la imagen de refinamiento y educación de quien invita”.


Antes de compartir el ABC de la ubicación de presidencias y precedencias en torno al arte de comer, es dable tener en cuenta que existen dos maneras o formas de disponer la mesa: una es al estilo inglés y la otra al estilo francés; esta ultima se utiliza con poca frecuencia salvo en Francia y en algunas ex colonias galas.


El estilo británico utiliza tantas cubertería como pasos tenga el menú, en cambio el estilo francés utiliza uno solo juego de cubiertos, y en caso de haber varios pasos, llamará a concurrir un apoya cubiertos, para cada invitado; la cubertería se coloca con los pinches del tenedor y la concavidad de la cuchara hacia arriba en el estilo británico y a la inversa en el estilo galo. No siendo mi capricho personal el colocarlos de una manera o de otra, sino respetar la estética y confección de los cubiertos. Otra sustancial diferencia entre ambos estilos de mesas es la ubicación de las cabeceras y por consiguientes de los demás comensales. En la inglesa las cabeceras se ubican en los extremos angostos, y en la francesa en la mitad del largo de la mesa, por ello también se la denominó a ésta última como mesa banquete.


La presidencia de la mesa siempre corresponde a los anfitriones; el ceremonial de este tercer milenio intenta rever con justa razón ésta consuetudinaria norma dado que hay mucha gente soltera o parejas del mismo sexo que reciben personas en sus casas, por lo que el tradicional “anfitrión y anfitriona” es solo un enunciado ideal; más allá de ello, que sirva como guía, dejando a cado uno de ustedes el uso adecuado por analogía y necesidad.


La precedencia de los invitados contempla el siguiente lineamiento básico: si hay un solo invitado y es varón, se ubicará a la derecha de la señora de la casa; si es una sola dama se la situará a la derecha del anfitrión; si se ha invitado a un matrimonio, a ella le corresponde estar a la derecha del anfitrión y a él a la derecha de la señora de la casa, desprendiendo la de ello el axioma del descanso marital, es decir, ubicar siempre a los matrimonios en sitiales enfrentados y en diagonal; si acude un grupo mixto el invitado de mayor precedencia (edad, rol social, homenajeado, etc. se le situará a la derecha de la señora de la casa (o a la derecha del anfitrión si se trata de una dama), y a su esposa a la derecha del anfitrión, en cuyo caso el marido estará a la derecha de la señora de casa, como se desprende de lo anterior.


El segundo lugar en importancia en la mesa es la izquierda de los anfitriones. Los lugares más alejados de la presidencia, se destina a los jóvenes y a los más íntimos de la familia.


Los sitios de cada comensal serán distribuidos e indicados por la anfitriona o anfitrión en su defecto, debiendo alternar –dentro de lo posible- damas de caballeros. Si conoce a los invitados, convendrá que ubique próximos a aquellos que se conocen más, o los que tienen una mayor afinidad entre sí, para que puedan encontrarse más a gusto.


Concluyendo hoy, les recuerdo una gran verdad que preludia próximos tópicos a tratar y que reza: “una falta en las reglas de comer causa tan mal efecto como escribir con faltas de ortografía”.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro.

Presidente del Instituto CAECBA

@ProfesorGavalda


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