CEREMONIAL VERSUS RELACIONES PUBLICAS ¿CUÁL ES EL HUEVO Y CUÁL LA GALLINA? LA ETERNA DISPUTA.
El tema sobre el que les propongo reflexionar es atávico, pero no por ello, dejaré de tratarlo con el único fin de disipar tinieblas o dudas que puedan seguir existiendo en estas profesiones tan distintas, pero que llegan a ser complementarias.
Las relaciones publicas, según la definición del Lic. Martini “Son un conjunto de acciones de comunicación coordinadas y sostenidas a lo largo del tiempo, que tienen como objetivo, fortalecer los vínculos con los distintos tipos de públicos para lograr consenso, fidelidad y apoyo de los mismos a acciones presentes y/o futuras”.
El ceremonial, por su parte, es el conocimiento flexible que se adapta a la idiosincrasia, las tradiciones, las costumbres y aún a la evolución de las mismas, permitiendo a los hombres vivir y celebrar la vida basándose en el respeto mutuo, fuente primigenia del ceremonial”.
Expresado de otra manera, el ceremonial crea una imagen y las relaciones públicas la vinculan hacia los públicos. Una disciplina necesita de la otra, por lo que hay cierto grado de analogía entre ellas, es decir tienen relación de semejanza pero son cosas distintas. Esta confusión llevo a que durante muchos años y aun hoy muchos relacionistas públicos se crean ceremonialistas y viceversa, invadiendo especializaciones y competencias claras.
Desgranando un poco ésta humilde interpretación crítica de las competencias, podemos distinguir y ver con claridad que el ceremonial tiene origen en la organización político social de las primeras civilizaciones; busca crear, elevar y optimizar la imagen tanto personal como empresarial; su fundamento es cultural; sus aacciones se expresan a través de voluntades y necesidades particulares; se vale de reglas operativas para la consecución de sus fines, reglas escritas (protocolo) y otras consuetudinarias, tradicionales y orales.
Las relaciones publicas por su parte tienen origen en los antecedentes de 1906 con Ivy Lee; busca elevar la imagen de la empresa planificando estratégicamente la comunicación y potenciando su identidad visual, considerando a cada uno de sus públicos; su fundamento es económico; sus acciones estructurales con herramientas cuantitativas (sondeos de opinión, entrevistas); se vale de axiomas.
Después de tantos años podemos hablar hoy de una visión integradora entre ambas disciplinas, integración que tiene sus fundamentos, objetivos y áreas de aplicación en el hombre mismo y en las relaciones que establezca desde su lugar de trabajo y en un nivel social con otros pares. Consagramos y definimos así un trabajo interdisciplinario, demostrando capacidad de cohesión y potenciación en la suma de las áreas intervinientes.
No obstante la presente conclusión, entiendo –improbable lector- que ya habrá sacado conclusión de quién ha sido el huevo en esta historia de veleidades académicas. Sí, es el ceremonial, base de todo lo demás que nace de el por añadidura. Y como diría el viejo refrán español: “zapatero a tu zapato”.
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
@ProfesorGavalda
