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PRECEDENCIAS Y UBICACIÓN DE COMENSALES



Asignar y distribuir correctamente los lugares en una mesa es una tarea fundamental que debe ser hecha minuciosamente. Sea cual sea el motivo de la reunión: oficial, empresarial o social, los invitados deben ser ubicados de acuerdo a su rango y teniendo en cuenta su afinidad.


Lo primero que debemos analizar es que existe un motivo lógico, por ejemplo la invitación especial a alguien para homenajearlo; luego debemos tener en cuenta el rango o jerarquía de los asistentes, por ejemplo su edad cronológica; una tercera instancia válida es guiarnos por las profesiones académicas: entre las que se distinguen: primero un escribano con registro, porque da fe pública, segundo un médico, porque cuida la salud de las personas, en tercera instancia el resto de las profesiones: abogado, contador, arquitecto, etc. Por sobre todos ellos los religiosos (sacerdotes, pastores, etc.) y aquellos que sin tener un grado académico colaboran por el bien comunitario.


Las llamadas reglas de oro de la mesa establecen que es menester básicamente intercalar damas y caballeros unos de otros, dentro de lo posible. El motivo es práctico ya que serán ellos quienes velen por la seguridad y atención de las damas circundantes, amén de propiciar y hacer más grata la conversación y estancia en la mesa. Los matrimonios deben ser ubicados separados: enfrentados y en diagonal; nunca uno al lado del otro. Los hijos, padres o aquellos que viven en la misma casa anfitriona serán ubicados lo mas apartado de las cabeceras, para que los invitados tenga facilitado el contacto inmediato con los dueños de casa.


En el caso de no poder ubicar correctamente a un matrimonio se ubicará en el lugar protocolar a la señora y se pedirá disculpas al señor. Dentro de la cortesía social, la señora será ubicada siguiendo la precedencia del marido. Las viudas conservarán el rango que tenían sus esposos fallecidos. Las mujeres casadas pasarán antes que las solteras o divorciadas, a no ser que estas tengan una posición personal superior. Las mujeres solas serán ubicadas por su edad, su situación personal, y sus distinciones honoríficas.


En los eventos oficiales cada cual es ubicado por lo que es y representa. En las casas los anfitriones tienen la "llave" de la precedencia y pueden otorgar el lugar a quienes quieran donde quieran porque están en sus casas y la gobiernan como mejor les parezca. Empero para no ofender recomendamos seguir las reglas anteriormente mencionadas. De fondo el ceremonial es también una herramienta de ordenamiento objetiva que no quiere ofender ni molestar a nadie.


En casas en donde vive un solo anfitrión, viudo, soltero, etc., éste puede presidir su mesa sin necesidad de compensar la otra cabecera que podrá quedar vacía. Pero si la comida es formal la única manera de que balancee la mesa es que invite a una dama o caballero de su confianza a ocupar la otra cabecera.


Los lugares en la mesa se asignarán mediante un plano de sitio, tarjetas de ubicación, memoria o planito en manos de la anfitriona. El tarjetero se coloca a los invitados en general, nunca a los anfitriones ni a los homenajeados. En las comidas oficiales se confeccionará con el debido tratamiento de la persona (Ejemplo: “Dra. Ana Pérez” “Señor José López”), si es una reunión más distendida con los nombres de pila de los participantes alcanza (Ejemplo: “Ana”, “José”, etc.). Si un matrimonio está presente corresponderá “Señor Juan García” para él y “Señora de García” para ella.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

@ProfesorGavalda

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