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CEREMONIAL EN LA CORTE DE MOCTEZUMA


A principios del año 2020 llegué a la Ciudad de México y en los pocos días que visité la tierra azteca se despertó en mí el conocer un poco más sobre su historia y particularmente sobre sus Imperios. Aún sigo leyendo.


Una de esas hojas del tiempo se detiene en el ápice de la persona que pasó a la historia como Moctezuma, quien se realmente se llamaba Motēcuhzōma Xōcoyōtzin; el Huey Tlatoani que gobernó el centro de México, y cuya corte tenía su propio ceremonial y protocolo mucho antes de la llegada de los españoles y sus costumbres en 1519.


Entre las descripciones que se dan del Tlatoani se destacan los rasgos positivos de haber sido un líder astuto, sagaz y prudente, sabio, experto, áspero en el hablar, muy determinado y de una destacada generosidad, amabilidad y buenos modales.


La etiqueta de su corte impedía mirarle a los ojos o darle la espalda, obligaba a referirse a él llamándolo en voz baja «señor, mi señor, mi gran señor» y a presentarse descalzo a su presencia. Dicha etiqueta, perfeccionada con el paso del tiempo, había nacido cien años antes en tiempos del gran Itzcóatl, quien fuera el cuarto Tlatoani de los mexicas; un sacerdote que entendía la gravedad e importancia de los rituales y ceremonias a tal punto que llegó a ser un gran reformador religioso.


Este ceremonial y protocolo, dignos y propios de las tierra americana precolombina, si bien fueron austeros y sencillos -si se los comparaba con aquellos que los Austrias habían impuesto del otro lado del océano-, no por ello fueron menos importantes, significativos, trascendentes y determinantes para la relación de su Señor con su corte y con el pueblo; siendo esta etiqueta similares realidades y un espejo de los dos mundos que señala y confirma que cada civilización a su modo y entender y en sus necesidades y contextos establece reglas para actuar y desenvolverse.


Moctezuma era supersticioso y si bien por momentos mostró una cara servil o artera, su espíritu guerrero y aguerrido mutó por el de un sumo sacerdote quien a los 34 años fue elegido por el consejo de la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan) Señor de su pueblo.


El Emperador de los Aztecas entendió la importancia que tenía el ceremonial y el protocolo en su corte, llevándolos al grado de aplicarlos con fuerza de ley, basándose en la idea de que el respeto se obtenía a partir del temor.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Presidente del Instituto CAECBA

www.caecba.com

@ProfesorGavalda


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