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DAR LAS GRACIAS



Dentro de ABC de la cortesía social, encontramos ésta insoslayable manifestación de amabilidad, indispensable al momento de relacionarnos con los demás.


Se debe agradecer todo gesto o actitud que hayan tenido para con nosotros. Este gesto humano habla bien de la persona que lo expresa y regocija a quien lo recibe.


Los medios para expresar agradecimiento son diversos: por teléfono, vía e-mail, por carta, etc., pero el principal y primordial es haciéndolo personalmente. El agradecimiento sincero debe ser percibido fehacientemente; decirlo de manera vaga podría ser recibido como un agradecimiento por obligación.


Dentro del ceremonial social es preferible no decir solamente “gracias”, sino que es aconsejable agregar el motivo del agradecimiento, por ejemplo: “Gracias por leer estos humildes pensamientos que escribo, sin Ustedes allí, no tendrían sentido”. Nuestro agradecimiento no debe ser algo superficial.


Dos premisas fundamentales al momento de agradecer:


Primero, si agradecemos a una persona de nuestros vínculos o afectos deberemos decir su nombre de pila (se dice nombre de pila a aquel que recibimos cuando nos bautizaron en la pila bautismal), por tanto es correcto decirle a un pariente, amigo o compañero de trabajo “Gracias Juan” o “Gracias María” y no solamente gracias. Es correcto utilizar el tratamiento de la persona si no recuerdo el nombre o si la ocasión lo amerita, por ejemplo “Gracias Mamá” o “Gracias Profesor”.


La expresión de un gracias solo y seco es para todos aquellos que nos ayudan o sirven circunstancialmente, por ejemplo en un bar donde al mozo nos atendió le diremos simplemente "gracias".


Segundo, es importante mantener un contacto visual con aquella persona a quien le agradezco, de esa manera le demuestro que es importante para mí.


Ciertos agradecimientos pueden ser materializados con una atención enviada previa o posteriormente a una determinada situación, ejemplificando sabemos que al ser invitados a comer enviamos flores a la anfitriona con debida antelación (agradecimiento previo); o cuando recibimos una ayuda profesional impensada como una atención de un facultativo fuera de horario, podemos enviar luego un presente como muestra de nuestra gratitud (agradecimiento posterior).


Saber dar las gracias es un detalle de buena educación y práctica habitual en la vida de relación social. Debemos enseñar a los niños a decir gracias. Las expresiones de los mayores nacen y se sustentan en la educación recibida desde pequeños.


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

@ProfesorGavalda

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